No
No al miedo. No a cualquier circunstancia. Las ilusiones. La ilusión sirve para no rendirnos, para llenarnos de aliento y empujarnos a conseguir nuestros objetivos a largo plazo. Sin embargo, con el paso de los años parece como si el depósito de nuestras ilusiones se fuera agotando.
¿Qué te resulta fascinante?
Tener algo en mente nos crea alegría, ese pequeño subidón del "no todo tiene porque salir mal". No se puede evitar un desorden de sensaciones por parte de alguien. Esa persona te comprende, te conoce y te da motivos para olvidarlo. Es como no derrochar el tiempo y crear tu propia cuenta atrás para ciertos acontecimientos.
La ilusión está conectada a emociones positivas. Cuando nos ilusionamos nos sentimos bien, nos sentimos plenos y motivados. Nuestra mirada cambia. Nuestro estado emocional también. Nos sentimos entusiasmados y cargados de energía. Es un sentimiento que nos da fuerza.
Desde pequeños recurrimos a las ilusiones para construir nuestro proyecto de vida, para diseñar nuestros sueños y fijar nuestras metas. Vivimos con ella porque es la fuerza que nos empuja a alcanzar nuestros objetivos. La ilusión es nuestra compañera de viaje. Con ella pensamos dónde nos gustaría ir, qué nos gustaría ser o a quien nos gustaría tener a nuestro lado. La ilusión nos ayuda a hacer realidad nuestros sueños.
Pero la ilusión también crea tristeza y dolor.
Cultivar la ilusión como si fuera una flor.
Cultivar la ilusión como si fuera una flor.
No rechaces tus sueños. ¿Sin la ilusión el mundo que sería?”
Ramón de Campoamor
No hay comentarios:
Publicar un comentario